El apego en la adultez viene influenciado por nuestras experiencias de la infancia, pero no necesariamente solo por nuestra relación con nuestros padres, sino en general por las relaciones más importantes que tuvimos en nuestro crecimiento a través de la vida, como profesores, amigos del colegio, hermanos, abuelos, etc. Estos tipos de apego en la adultez se derivan originalmente de los tipos de apego de John Bowlby, el autor que describió por primera vez los tipos de apego en la infancia, y también por la psicóloga e investigadora Mary Ainsworth, quienes lograron determinar que el apego que tenemos en la infancia refleja nuestras relaciones en nuestra adultez.
Existen 4 tipos de apego identificados en los adultos y es fundamental para nuestro autoconocimiento saber a cuál pertenecemos para comprendernos y analizar así nuestras relaciones interpersonales.
Apego seguro: Los adultos con apego seguro se sienten cómodos con la intimidad, la confianza y la independencia que sienten con sus parejas o amigos. Se sienten seguros y confían en sus parejas, expresan sus necesidades y su afecto abiertamente y pueden dar soporte a sus parejas en momentos de necesidad. Las personas con apego seguro tienden a tener buena autoestima, buena autoconfianza, buen concepto de sí mismos y se sienten merecedores de amor y de soporte. Por lo general, serán personas que gozan de buena salud mental. Esto no significa que no vivan rupturas, duelos o relaciones complicadas, sin embargo, manejan mejor estos problemas en sus relaciones y tienen una mayor resiliencia y apertura al cambio.
Apego ansioso: Los adultos con apego ansioso o preoccupied attachment tienden a ser personas muy preocupadas e inseguras de sus relaciones y que tienen constantemente, en la mayoría de las relaciones, miedo al rechazo y al abandono. Este miedo no ocurre solamente en relaciones de pareja, sino también en relaciones con amistades, colegas del trabajo, familiares, etc. Las personas con apego preocupado o ansioso tienden a necesitar constantemente cercanía y validación de sus parejas y amistades. A pesar de ello, constantemente se estarán cuestionando inseguridades y dudas sobre la veracidad del cariño y el amor que les dan. Son personas que constantemente necesitan que se les reafirme el amor que se les tiene y tienden a ser más sensibles a las dinámicas de las relaciones. Las personas con apego ansioso son sumamente entregadas y dedicadas a sus relaciones. Son personas extremadamente cariñosas, ponen todo su amor y afecto para que las relaciones funcionen. Sin embargo, esto no es necesariamente bueno, ya que constantemente este exceso de cariño y amor entregado no es correspondido y la persona termina sintiéndose abandonada, menospreciada o vacía. Adicionalmente, tienden a poner las necesidades de las demás personas por encima de las suyas.
Apego evitativo (dismissive): Personas adultas con este apego valoran muchísimo su independencia y su autosuficiencia, muchas veces al punto de demostrar que no necesitan ni desean esa cercanía. Son personas que evitan vulnerabilidad emocional en las relaciones, prefieren autosabotear las relaciones (siendo infieles, engañando, alejándose, ghosteando). Existe un conflicto interno en las personas con apego evitativo; no es que no sientan ni quieran intimidad. Lo que ocurre es que tienen demasiado miedo al rechazo, al dolor o a que los lastimen. Muchas veces son personas inconsistentes que van a buscar cercanía e intimidad, pero también van a alejarse sin razón alguna con el fin de protegerse. Les cuesta confiar, no se abren emocionalmente a casi nadie y son personas que disfrutan mucho de su soledad y su independencia.
Apego desorganizado o ambivalente: Es un apego donde los adultos tienen muchísimo conflicto relacional en general. Desean mucha cercanía e intimidad, pero en el momento en que lo obtienen o las relaciones se vuelven muy estables, sienten aburrimiento e incluso deseos de sabotear la relación. Esto viene de la necesidad intensa de intimidad y conexión que nunca tuvieron en su infancia, seguido del rechazo y la evitación de intimidad por el miedo intenso que tienen al rechazo o a que los lastimen nuevamente.
Es importante que sepamos que esto no es blanco o negro. Las personas tienen un apego fijo en su adultez, pero ciertas relaciones van a detonar mayor intimidad o mayor evitación y esto dependerá de con quién estamos, qué tan seguros nos sentimos y en qué momento de nuestra vida estamos. Es importante entender nuestro estilo de apego con el fin de mejorar nuestras relaciones interpersonales.


